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Diario Medico - 25 aniversario

25 embajadores

Los protagonistas del sistema sanitario español

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  • Benjamín Abarca

    Benjamín Abarca

    Médico de Familia del Centro de Salud Sagrado Corazón (Lugo).

  • Alicia Armentia

    Alicia Armentia

    Jefa de la Unidad de Alergología del Hospital Río Hortega (Valladolid).

  • Carmen Ayuso

    Carmen Ayuso

    Jefa del Servicio de Génetica de la Fundación Jiménez Díaz (Madrid).

  • Jacinto Bátiz

    Jacinto Bátiz

    Jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital San Juan de Dios (Vizcaya).

  • Luis Beato

    Luis Beato

    Jefe de Sección de Psiquiatría del Hospital de Ciudad Real.

  • Enric Benito

    Enric Benito

    Paliativista y vocal de la directiva del Colegio de Médicos de Baleares.

  • Miguel Bernabé

    Miguel Bernabé

    Médico de la Unidad de Rescate Medicalizado en Montaña del 061 de Aragón

  • Mercè Boada

    Mercè Boada

    Fundadora y directora médica de la Fundación ACE-Instituto Catalán de Neurociencias Aplicadas (Barcelona).

  • Antonio Campos

    Antonio Campos

    Catedrático de Histología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada.

  • Verónica Casado

    Verónica Casado

    Médico de Familia en el Centro de Salud Parquesol (Valladolid).

  • José Castillo

    José Castillo

    Jefe del Servicio de Neurología en el Complejo Hospitalario de Santiago de Compostela.

  • Luis Fernández-Vega

    Luis Fernández-Vega

    Jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Central de Asturias.

  • Fernando González del Valle

    Fernando González del Valle

    Jefe del Servicio de Oftalmología del Complejo Hospitalario La Mancha Centro.

  • Ana Lluch

    Ana Lluch

    Jefa del Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínico Universitario de Valencia.

  • Ana Mañas

    Ana Mañas

    Ex jefa del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital de La Paz (Madrid).

  • Juan Martínez-León

    Juan Martínez-León

    Jefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular en el Hospital General de Valencia.

  • Xavier Montalbán

    Xavier Montalbán

    Director del Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña (Barcelona).

  • Santiago Moreno

    Santiago Moreno

    Jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal (Madrid).

  • Aurora Navajas

    Aurora Navajas

    Presidenta de la Asociación para la investigación y docencia en oncología pediátrica del Hospital Universitario de Cruces (Bilbao)

  • José Antonio Otero

    José Antonio Otero

    Jefe del Área de Gestión Clínica de Enfermedades Infecciosas del Hospital San Pedro (Logroño).

  • José Pérez Bernal

    José Pérez Bernal

    Director de trasplantes del Colegio de Médicos de Sevilla

  • Jorge Quiroga

    Jorge Quiroga

    Director del Departamento de Medicina Interna de la Clínica Universidad de Navarra.

  • Juan Carlos Robles

    Juan Carlos Robles

    Coordinador de trasplantes del Hospital Universitario Reina Sofía (Córdoba).

  • Luis Humberto Ros

    Luis Humberto Ros

    jefe del Servicio Radiodiagnóstico en el Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza).

  • Josep Tabernero

    Josep Tabernero

    Director del Valle de Hebrón-Instituto de Oncología (Barcelona).

Jose Antonio Castillo

Jose Antonio Castillo

"El trabajo y la ilusión se dan, no se venden"

No tenía vocación de médico, y acabó siendo jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Santiago de Compostela. José Antonio Castillo aterrizó en la Medicina como resultado “del azar o de la situación social y política que se vivía en España en los años 65-70”. Quería dedicarse a las Ciencias Naturales, carrera que no podía estudiar en su Galicia natal. “Después de un año de ajetreada y fantástica vida universitaria, mi padre consideró que estaría más controlado (y seguro) en Santiago de Compostela, donde la Medicina era la carrera más próxima a mis posibles actitudes”. Reconoce, eso sí, que “nunca el azar me sonrió tan afortunadamente”.

También la especialidad le llegó por estar en el lugar adecuado en el momento correcto: vivió “el momento en que se decidió desgajar la Neurología de la Medicina Interna, y fui espectador en primera línea y partícipe muy activo y entusiasta en el desarrollo de esta especialidad en Galicia”.

Después de que por presión paterna regresara a Santiago, no se separó mucho de la capital gallega: toda su vida profesional ha estado ligada a la universidad compostelana y al complejo hospitalario donde hoy ejerce. No obstante, no se trata de un plan predefinido: “Suelo vivir al día, con apasionamiento y con mucha ilusión, pero me preocupo poco del futuro. Aunque no me acuerdo, dudo mucho que me dedicase a pensar en cómo sería lo que me esperaba por delante”.

Si volviera atrás y pudiera programar su vida, dice que volvería a ser médico y neurólogo, aunque esa programación le haya dado momentos amargos: “El peor, cuando a un amigo y compañero en el que yo había puesto todas mis ilusiones se lo llevó la más traidora, injusta y vengativa de las parcas. Para una vez que había diseñado con tanto cariño el futuro...”.

“Duele contemplar cómo los nuevos MIR eligen los hospitales no por su calidad, sino por la comodidad”

Por eso, en el día a día, Castillo cree que “es imposible que exista un oficio tan gratificante como el nuestro”. Asegura haber vivido infinidad de momentos dulces; el más reciente, recuerda, cuando “hace unos días, un compañero me contó que su madre, con más de 90 años y en un estado delicado de salud, había sido ingresada en un hospital de otra ciudad y le preguntó con cariño por el médico que la había atendido hace más de 40 años”.

Según el recuerdo de la mujer, se trata de un clínico de los que dejan huella; sin embargo, no quiere ser recordado profesionalmente de ninguna forma concreta. “Me llega con que me recuerden, sin adjetivos”. Quizá la que hable sea la modestia de un profesional que, según sus palabras, siempre hizo lo que consideraba que debía hacer, “aunque me equivocara muchas veces. Creo que nunca he hecho nada para que nadie me lo agradeciese, por lo que nadie me tiene que agradecer nada. El trabajo, el cariño, la amistad y la ilusión se dan, no se venden”.

Ha llegado, pues, satisfecho a donde está, y prefiere no dar consejos a los que vienen detrás: “Cada generación necesita de su autoaprendizaje, aceptar sus equivocaciones y saber corregirlas; las recetas del pasado no suelen ser de utilidad”. Sin embargo, reconoce con amargura que “duele contemplar cómo los nuevos MIR eligen los hospitales o servicios no tanto por su calidad como por la comodidad. La pérdida de los valores del esfuerzo y del humanismo y su sustitución por un cientifismo descarnado no parece aconsejable”.

Quizá esa aparente pérdida de valores sea la causa de la “desconcertante paradoja” que atraviesa hoy el SNS. “Nunca la Medicina y nuestra sanidad han sido tan excelentes y, sin embargo, nunca la población ha estado tan descontenta y desconfiada. ¿Dónde está el problema? En mi opinión, los médicos hemos permitido, y en ocasiones participado, de la cosificación de la Medicina por los políticos y por otros agentes sociales”.

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