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La imagen, base de la precisión

Rosalía Sierra

Digitalización, mejora de la calidad, reducción de dosis y humanización: los avances de las técnicas de imagen son imparables.

Si, en general, una imagen vale más que mil palabras, en el caso de la Medicina, y cuando esa imagen es del interior del cuerpo humano, puede valer incluso la supervivencia del paciente. Por ello, las compañías especializadas en el diagnóstico por imagen no se detienen en su carrera para conseguir más calidad en menos tiempo y con mayor seguridad.

Durante los últimos 25 años, muchos han sido los cambios que ha vivido la imagen diagnóstica: “Hemos visto cómo se avanzaba desde la imagen anatómica a la funcional y, de ahí, con la primera PET-TC (2001), a la molecular”, explica Luis Cortina, director general de Siemens Healthineers España. La imagen ahora, a su juicio, “tiene más nitidez y profundidad”, lo que permite, según Luis Cuevas, director de Diagnóstico e Intervencionismo por Imagen de Philips Healthcare España y Portugal, “más precisión y confianza diagnóstica”.

A la mayor precisión de imagen -las resonancias magnéticas han pasado de 0,2 teslas a hasta 7 en la actualidad; las TC han multiplicado su número de cortes y píxeles, y la ecografía ha pasado de la bidimensionalidad a las 4D- se ha unido la reducción progresiva del tiempo de exposición y, en el caso de los equipos que emiten radiaciones ionizantes, una importante reducción de dosis: “Las TC actuales radian al paciente en torno a un 80 por ciento menos, lo que permite tanto ganar en seguridad como pensar en la tomografía como método de cribado, por ejemplo para cáncer de pulmón”.

Híbridos

En la mejora diagnóstica ha influido notablemente el desarrollo de técnicas híbridas: la primera fue la PET-TC, pero también han tenido un amplio desarrollo equipos mixtos, también enfocados a la Medicina Nuclear, como el Spect-TC y, en los últimos tiempos, las PET-RM.

Asimismo, al tiempo que afinaba el diagnóstico, la imagen ha ido ganando peso en el área del tratamiento: “Cada vez son más los aportes, por ejemplo, en cirugías mínimamente invasivas guiadas por imagen, Cardiología y Oncología intervencionistas, terapia vascular, etc.”, explica Cuevas. Y, ahora, un paso más: “La inteligencia artificial aplicada al radiodiagnóstico y el uso de big data da a las imágenes una nueva capacidad como soporte a la toma de decisiones”, afirma Luis Campo, director general de GE Healthcare para España y Portugal.

La imagen médica abre una nueva puerta a la Medicina de precisión y personalizada

En esta línea, Cortina considera que, “gracias a las estadísticas poblacionales y a la explotación de la información de las imágenes, avanzamos cada vez más hacia diagnósticos individualizados basados en la evidencia”.

Digitalización

Se trata de un aspecto en el que coinciden todos los expertos: la imagen médica abre una nueva puerta a la Medicina de precisión y personalizada. “Uno de los grandes avances es el paso de diagnósticos cualitativos a cuantitativos”, sostiene Cuevas. Así, en un diagnóstico de hígado graso, por ejemplo, “ahora podemos conocer el porcentaje exacto de grasa; los equipos son capaces de realizar mediciones precisas independientemente del humano que los maneje, lo que también contribuye a reducir la variabilidad diagnóstica”.
Este cambio ha sido posible gracias al que posiblemente sea el avance más disruptivo en lo que a técnicas de imagen se refiere: la informatización. “El paso de lo analógico a lo digital ha permitido que las imágenes contengan más información, que ésta se obtenga prácticamente en tiempo real, que se incremente la productividad y que la información se transmita allá donde sea necesario”.
En este sentido, Cortina añade que “la explotación de las imágenes y la posibilidad de añadir otro tipo de archivos, como los de Anatomía Patológica, ha llevado a diagnósticos más seguros”.

Humanización

Más rápida, más precisa, más fiable... La tecnología de la imagen ha avanzado en muchos aspectos, pero aún le quedaba un cuarto pilar: ser más humana. “Muchas experiencias con el diagnóstico por imagen son traumáticas para los pacientes”, reconoce Campo. Por ello, ahora la tendencia es a transformar esos grandes aparatos en equipos “más amigables con los pacientes”.

“Incrementar el confort de los pacientes tiene también impacto en la mejora del diagnóstico: reducir la ansiedad evita tener que repetir pruebas en muchas ocasiones”, dice Cuevas. La prueba más angustiosa para los pacientes es, indudablemente, la resonancia magnética: “Son pruebas de larga duración, ruidosas y claustrofóbicas”.

Un primer avance fue la RM abierta, pero “resultaba poco precisa y no es adecuada para todos los exámenes”.

Por eso “ahora se apuesta por sistemas de distracción”. Y, según Campos, por pequeñas modificaciones en los equipos: “La mayor precisión permite acortar los tiempos, los túneles se van haciendo más anchos y las salas más amigables”. Y un último avance: la resonancia magnética silenciosa.

Tribuna.
Luciano Sáez. Presidente de la Sociedad Española de Informática de la Salud.

La transformación digital y el ‘big data’

La Sociedad Española de Informática de la Salud (SEIS) cumple 40 años, y Diario Medico la ha acompañado en las múltiples acciones que hemos ido desarrollando en estos últimos 25 años para promover proyectos innovadores utilizando lo que la tecnología en cada momento nos podía ofrecer. Se ha evolucionado mucho en estos años, si comparamos el estado de la tecnología en 1992 con la situación actual.

Hoy nos encontramos con que el 92 por ciento de los pacientes disponen de historia clínica electrónica, el 72 por ciento pueden acceder a sus datos clínicos por internet y el número de envases dispensados por las oficinas de farmacia mediante el sistema de receta electrónica es del 86 por ciento. Los servicios de salud disponen de proyectos de telemedicina aplicados a diversas especialidades, destacando teledermatología y teleoftalmología en 12 autonomías; telerradiología en 9 y telepsiquiatría, en 8.

Pero si bien la eficiencia de la incorporación de estos proyectos TIC no tiene duda, no se está abordando una verdadera transformación digital del sistema de salud, no existe una estrategia nacional que lidere el cambio que la disponibilidad de las herramientas tecnológicas hoy permiten.

Es un auténtico freno al desarrollo de sistemas de información el que no se planteen medidas y reglas generales, que permitan que los diferentes sistemas que se están abordando desde las organizaciones de servicios sanitarios sean piezas de un puzle que conforme el servicio global sanitario a los ciudadanos. Esto permitiría avanzar en la concepción del sistema de salud español como un ente que ofrece cohesión, transparencia, equidad, calidad homogénea de los servicios y seguridad para el paciente.

Siendo conscientes de que el sector salud es uno de los más complejos que existen, la única solución posible para lograr que el ciudadano pueda obtener similares servicios de salud independientemente donde se le faciliten y un sistema sostenible dentro de un contexto sociosanitario cambiante, es disponer de una estrategia nacional de salud digital que contemple el sistema sanitario público, el privado y los servicios sociales.

Un importante indicador de la situación de la evolución de las TIC en el sistema sanitario público son los datos económicos. Los obtenidos en 2016 no son muy positivos en cuanto al porcentaje TIC sobre el gasto sanitario: el 1,22 por ciento, con lo que seguimos lejos de ese objetivo que planteamos hace ya cinco años de llegar al 2 por ciento, cifra que consideramos base para realizar una verdadera transformación digital del sistema de salud.

En 2010 la SEIS planteó una propuesta de líneas estratégicas para impulsar el desarrollo de las TIC para la salud que se conciben como principios guía para que se trasladen a programas, proyectos y acciones que creen valor y progreso para la sociedad, usando las capacidades tecnológicas para el soporte de los servicios de salud. Se pretende que constituyan un marco flexible, facilitador de la cooperación entre todos los actores; y la evolución hacia el futuro, teniendo en cuenta la complejidad del sector, la gran variabilidad de las situaciones concretas, los avances tecnológicos y las transformaciones previsibles de los modelos organizativos y procesos para la provisión de los servicios.

Un reto que el sistema tiene que resolver de forma urgente es adecuar la normativa y facilitar procedimientos e infraestructura que permitan la reutilización de los datos de salud para otros fines diferentes a la propia asistencia, tales como investigación, desarrollo e innovación, docencia, planificación y gestión, evaluación de resultados, control de calidad, epidemiología y salud pública y todos los usos dirigidos a mejorar la salud de los ciudadanos.

Si consideramos el volumen de datos de salud disponible en el SNS y las posibilidades que la tecnología hoy nos ofrece para su utilización, disponemos de una oportunidad irrenunciable. Desde la SEIS creemos no sólo que hay que aprovechar el gran activo que supone el big data sanitario, sino que no hacerlo supone una clara irresponsabilidad.