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Diario Medico - 25 aniversario

DEBATES

Debate sobre la formación especializada

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Más que altruismo hace falta formación

Isabel Gallardo Ponce

Prestar asistencia sanitaria en España o en el extranjero en una misión de emergencia requiere aprender capacidades clínicas, de gestión y de logística, más allá de la propia especialidad.

Ni todo ni todos valen en ayuda humanitaria. El cooperante debe tener más que un espíritu altruista, necesita formación específica para el desempeño de la asistencia sanitaria en el terreno, ya sea en zona de conflicto o de desastres naturales. La capacitación técnica ya se le presupone a un licenciado en Medicina pero hace falta más.
Aunque en algunos casos el perfil que se busca sí es el de un especialista en urgencias, la mayor parte de las veces no es así. Según Íñigo Vila, de Cruz Roja, “buscamos más a ese médico de familia que durante años ha estado con un maletín viajando por los pueblos, encontrando todo tipo de situaciones y contando con pocos medios”. Su experiencia en diferentes entornos puede ayudarles en el terreno para no entrar en conflicto con los profesionales de perfil más hospitalario “acostumbrados a trabajar con más medios. En el terreno se tienen que aceptar situaciones muy duras, con un alto nivel de mortalidad y sin recursos porque se hace una medicina más básica y no tan tecnológica”.

Aparte de la especialidad, Pilar Estébanez, de Semhu, ha añadido que entre las capacidades en las que debe formarse el médico cooperante se encuentran la necesidad de aprender conceptos de coordinación, los principios y las leyes humanitarias, las patologías propias de la zona en la que se actúa, el control de enfermedades, el saneamiento, el trabajo en equipo... La OMS cuenta ya con un programa de formación y de certificación de los equipos que acuden a las emergencias médicas en los países, en cuya redacción ha participado Semhu. Para poder participar en las crisis se ha establecido un registro de equipos homologados que se puede adaptar estrechamente a las necesidades de las distintas situaciones de emergencia.

Ricardo Angora, de Médicos del Mundo, ha recordado que lo ocurrido en la asistencia sanitaria del terremoto de Haití en 2010 influyó en el establecimiento de los Foreign Medical Teams. “La primera vez que en Médicos del Mundo tuvimos que acreditarnos fue para la asistencia en Filipinas tras el tifón Haiyan en 2013. Ha supuesto un cambio en cuanto a la capacitación, la profesionalización y, sobre todo, la acreditación”.

La falta de formación no afecta a las grandes ONG: Médicos Sin Fronteras, Médicos del Mundo o Cruz Roja España, presentes en este debate, y conscientes desde hace años de la necesidad de contar con los mejores profesionales en el terreno, sino más bien a los sanitarios que deciden ser voluntarios y acuden a desastres naturales, a hacer pequeñas campañas de salud o de cooperación internacional para el desarrollo. En esta línea Yolanda López, de la OMC, ha explicado que hace unos años “cuando había un desastre natural, al margen de las ONG que trabajan en el terreno, había desplazamientos masivos de personas con pretensión de ayudar y que muchas veces molestaban involuntariamente”.

La OMC ha creado un registro, al servicio de todas las organizaciones, en el que se ha inscrito “a todos los profesionales médicos colegiados y que, por tanto, son idóneos para intervenir. Hemos visto que en muchos casos les falta la formación necesaria para trabajar en contextos internacionales. En nuestra colaboración con todas las organizaciones y con el Ministerio de Exteriores y el de Sanidad, hemos detectado un interés porque la asistencia humanitaria que se envíe desde España no sólo tenga calidad, sino que los profesionales estén formados”.

Aprovechando el foro, David Noguera, de MSF, ha lanzado una reivindicación con la que comulgan todos los asistentes: que la Medicina Humanitaria se integre en los planes de estudio de grado de Medicina y Enfermería. “No estaría mal que se dedicara cierto tiempo a un tipo de medicina que afecta a millones de personas”. Ese temario debería incluir, según Estébanez y Noguera, no sólo el abordaje de las enfermedades tropicales, sino la situación sanitaria de países en medio de conflictos bélicos, la ética humanitaria, el trabajo en el terreno, logística, saneamiento, gestión de la información... En definitiva, una visión de esta parcela tan característica de la asistencia.

Pero sobre todo hace falta más sensibilización: “La comunidad médica tiene un papel en todo esto. Se trata de hacer un ejercicio de reflexión individual; los médicos hacemos la carrera, tenemos un mandato y suscribimos el juramento hipocrático. De alguna forma el humanitarismo pierde comba frente al ecologismo. Si no reciclas o tiras el vidrio en el contenedor equivocado, te vas a casa con una sensación… y nos viene a la cabeza la imagen del pez atrapado en el plástico… Pero al mismo tiempo tenemos cierta indiferencia por lo que pasa en República Centroafricana. Hay que invitar a la sociedad, y particularmente al colectivo médico, que creo que tiene una particular responsabilidad por el hecho de su formación y de sus capacidades, a que haga una reflexión en ese sentido”.

La Medicina Humanitaria debe integrarse en los planes de estudios del grado de Enfermería y de Medicina

El perfil del cooperante se ajusta más al médico rural acostumbrado a trabajar en cualquier tipo de entorno

Aparte de la especialización, el cooperante debe aprender trabajo en equipo, principios humanitarios, agua y saneamiento…

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